La G de Guinea
Su cuerpo será velado en la tarde del lunes, 1 de abril, en el noviciado Padre Xifre de Bata y recibirá la santa sepultura al día siguiente, después de una Eucaristía con el cuerpo presente en la Catedral de la ciudad.
Los misioneros claretianos de la delegación Padre Xifre, compuesta por Guinea Ecuatorial y Gabón, comunican con tristeza la muerte de Pedro Nkogo Eyi, sacerdote de 88 años y misionero claretiano durante 63 años. Incansable trabajador en la viña del Señor, que asumió responsabilidades públicas en el sector educativo de Guinea Ecuatorial, además de ser un gran misionero, con un enérgico celo pastoral, buen amigo y docente.
“Verdaderamente, este hombre era hijo de Dios”, haciendo eco del Evangelio, señaló el Padre Félix Obaga, Superior Mayor de los claretianos en Guinea Ecuatorial y Gabón.
Nkogo Eyi, nació en Mikweme Esamgbwak, distrito de Bata, el 29 de mayo de 1936 y fue bautizado un año después en San Joaquín de Ndiakom, donde se estableció su familia a unos 3 o 4 km de su pueblo natal. Allí realizó sus primeros estudios cuando tenía siete años. “Ndjiakom era como la gran ciudad. Allí estaba la Iglesia donde me bauticé y me confirmé, además de la escuela”, recordaba en un artículo publicado en las redes sociales en el año 2019, cuando hizo algunas aclaraciones sobre la muerte de Acacio Mañé, de quien fue pariente.
Este misionero “se identificó tanto con Ndjiakom, pues allí nació su vocación, cuando servía en el altar como monaguillo de los misioneros, entre ellos, José Plaja, quien le mandó al Seminario”, recordaba el sacerdote Faustino Edu Ondó. El finado nunca se olvidó de esta época, a menudo recordaba la puesta de la primera piedra de la Iglesia de San Joaquín de Ndjiakom y la Inauguración de la casa familiar de Acacio Mañé.
Ingresó en la congregación de los Hijos del Inmaculado Corazón de María cuando tenía 20 años. Estudió en España, en Santo Domingo de la Calzada y en Salamanca, donde también recibió la ordenación sacerdotal el 30 de marzo de 1968, como uno de los primeros misioneros claretianos preparados para asumir el relevo de la tarea de la Evangelización en Guinea Ecuatorial.
En los primeros años, tras la independencia, regresó a Guinea Ecuatorial, donde goza de mucha estima entre las comunidades que sirvió. “Con la muerte del Padre Nkogo Eyí debemos afirmar que, tanto nuestra Iglesia, como nuestro país han perdido una enciclopedia, que la Sangre de Cristo derramada le purifique”, escribió en las redes sociales el Padre Marcelo Ndongo.
Evangelizador con particular impronta
Una de las marcas del servicio del Padre Nkogo Eyi fue su dedicación a la Inculturación del Evangelio, trabajó en la traducción de la Biblia y el Misal Romano en la lengua Fang. Formador de todos, ya sea de los jóvenes en el internado de Nkue, en la dirección general de Enseñanza Media, como en los evangelizadores en la Escuela de Catequistas de la Diócesis de Ebibeyín.
Predicó la Palabra de Dios con claridad en todos los rincones de la geografía nacional, desde la isla de Bioko, en el Santuario Claret de Malabo, como impulsor de su actual templo parroquial, pasando por la Región Continental en Ebibeyín, donde, junto a otros compañeros, puso los primeros cimientos de esta naciente iglesia diocesana; también por Nkue, Niefang y Bata, hasta la isla de Annobón, donde, después de más de una década de servicio allí, y tras reiteradas enfermedades, fue trasladado al noviciado claretiano de Bata, donde entregó su alma en el Centro Médico La Paz, en la madrugada del 23 de marzo del año en curso.