Abandono y esperanza: El caso de tres niñas en Santa María III


En el barrio de Santa María III en Malabo, la historia de tres niñas en situación de abandono ha captado la atención de la comunidad y las autoridades. La Fundación Constancia Mangué Nsue Okomo ha intervenido recientemente en el caso de estas niñas, que incluyen a una joven de 24 años y sus dos hermanas menores, de 12 y 9 años. La situación de estas niñas es especialmente compleja debido a que todas presentan autismo y su madre las dejó en circunstancias críticas.

Las tres niñas del caso Santa María III

La historia comenzó a hacerse pública cuando la hija mayor, María Magdalena, de 24 años, denunció la difícil situación en la que se encontraba al hacerse cargo de sus dos hermanas menores. La joven indicó que su madre, Francisca, abandonó a las niñas hace casi un año, cuando se trasladó a la Región Continental del país en diciembre de 2023. Desde entonces, la situación ha sido insostenible para María Magdalena, quien ha estado luchando paraproveer lo necesario para sus hermanitas en medio de dificultades económicas.

El relato de María Magdalena revela una serie de problemas profundamente arraigados. Según ella, las niñas han vivido una vida llena de carencias y desatención. El padre biológico, Juan Sisinio NzueNtutumu, aparentemente ha estado ausente y desinteresado en el cuidado de sus hijas, mientras que la madre dejó a las niñas en una habitación en el barrio Santa María III tras la muerte de la abuela que las cuidaba anteriormente. Esta falta de apoyo familiar y la carga económica llevó a María Magdalena a una situación desesperada.

Afortunadamente, el caso ha atraído la atención de la Fundación Constancia Mangué Nsue Okomo, que ha asumido la responsabilidad de cuidar a las niñas. La fundación ha trasladado a las menores a la clínica Virgen de Guadalupe en Malabo, donde actualmente reciben atención médica integral. La directora de la fundación, Marisol Efiri Ncogo, ha confirmado que las niñas están recibiendo, tanto atención médica, como protección y asistencia social, conforme a las políticas gubernamentales de protección infantil.

El diagnóstico de autismo de las niñas complica aún más la situación, pues requiere de un manejo especializado y un seguimiento médico constante. Los exámenes médicos realizados en la clínica buscan evaluar su estado de salud general y establecer un plan de tratamiento adecuado. La Fundación también se encarga de proporcionar un entorno seguro y estable para las menores mientras se resuelven los aspectos legales y de custodia.

Este caso subraya la urgencia de fortalecer los sistemas de protección infantil y garantizar que todos los niños reciban el cuidado y la atención que necesitan. La intervención de organizaciones como la Fundación Constancia Mangué Nsue Okomo es crucial en casos como este, donde el apoyo institucional se convierte en un pilar fundamental para el bienestar de los menores.

María Magdalena, por su parte, hizo un llamado a la solidaridad, tanto del Gobierno, como de la sociedad, para recibir ayuda adicional. Su valentía al exponer su situación y la de sus hermanas es un recordatorio poderoso de las realidades a las que se enfrentan muchas familias en circunstancias similares.

En definitiva, el caso de estas tres niñas es un ejemplo de cómo la intervención oportuna y la ayuda humanitaria pueden marcar una diferencia significativa en la vida de aquellos que más lo necesitan. La comunidad y las instituciones deben seguir trabajando para asegurar que cada niño tenga la oportunidad de vivir en un entorno seguro y recibir el apoyo necesario para su desarrollo y bienestar.

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