El expresidente de Gabón, Ali Bongo, finalizó su huelga de hambre tras dos semanas


La huelga se inició en respuesta a supuestos malos tratos a su esposa e hijos, mientras que algunas fuentes sugieren que pudo haber un acuerdo con las autoridades, permitiendo a dos de sus hijos trasladarse a Londres.

Ali Bongo Ondimba durante su tercer mandato. Foto: France 24

A finales de mayo, Ali Bongo terminó la huelga de hambre que había iniciado dos semanas antes por “actos de tortura” cometidos por la junta militar que asumió el poder tras el golpe de Estado de agosto de 2023. Según fuentes cercanas al exmandatario, personas de su entorno le pidieron que cesara la huelga debido a la significativa pérdida de peso y el deterioro de su salud, informó Radio France International (RFI).
Ali Bongo inició su huelga de hambre para denunciar los «actos de tortura» contra sus hijos y su esposa, Sylvia Bongo, quien se encuentra encarcelada junto al hijo mayor de la pareja, Noureddin, en espera de juicio por cargos de corrupción presentados tras la caída del exmandatario.
Algunas fuentes sugieren que Bongo pudo haber llegado a un acuerdo con las autoridades, permitiendo que dos de sus hijos, Jalil y Bilal, abandonaran Gabón en junio y se trasladaran a Londres. Estas fuentes explicaron que ambos están recibiendo apoyo psicológico debido a los malos tratos sufridos y el trauma que experimentaron.
En respuesta a las acusaciones de tortura, Laurence Ndong, Portavoz del Gobierno de transición, negó rotundamente que Bongo y su familia estuvieran sufriendo torturas o malos tratos, calificando las acusaciones de «calumnias». Ndong también adelantó que las autoridades se reservaban el derecho de emprender acciones legales contra dichas inculpaciones.
Bongo fue derrocado en un golpe de Estado liderado por el General Brice Oligui Nguema, quien instauró el Comité para la Transición y la Restauración de las Instituciones (CTRI). Los golpistas alegaron que los resultados de las elecciones, en las que Bongo obtuvo el 64,27 por ciento de los votos frente al 30,77 por ciento de su principal rival, Albert Ondo Ossa, eran fraudulentos.

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