La G de Guinea

La primera cumbre del G20 celebrada en África reunió en Johannesburgo a líderes de las principales economías del mundo y a representantes invitados del continente africano, entre ellos el presidente Teodoro Obiang Nguema Mbasogo, quien intervino como Presidente en ejercicio de la CEEAC para defender una arquitectura económica internacional más justa y equitativa.
La edición del G20 organizada por Sudáfrica estuvo bajo el lema “Solidaridad, Igualdad y Sostenibilidad”. La cita reunió a los principales líderes del mundo y abrió un espacio sin precedentes para que África hiciera escuchar su voz en los debates globales.
Invitado en su condición de Presidente en ejercicio de la Comunidad Económica de los Estados de África Central (CEEAC), el Jefe de Estado ecuatoguineano integró el grupo de mandatarios africanos convocados por su homólogo sudafricano, Cyril Ramaphosa, con el fin de reforzar la representación regional en la toma de decisiones internacionales.
El encuentro, celebrado en el Johannesburg Expo Centre, congregó a líderes como el Canciller alemán Olaf Scholz, el Presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, el Presidente francés Emmanuel Macron, el Presidente español Pedro Sánchez y el Primer Ministro indio Narendra Modi, además de la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y representantes de países invitados. La cumbre también estuvo marcada por las ausencias de los presidentes de Estados Unidos, China y Rusia.
Durante su intervención del sábado 22 de noviembre, el Presidente Obiang agradeció a Sudáfrica por su liderazgo e insistió en la urgencia de reformar el sistema económico internacional, denunciando que continúa generando desigualdad. Defendió que África Central posee un enorme potencial para ofrecer soluciones globales y presentó cinco prioridades que, a su juicio, el G20 debe asumir:
Una arquitectura financiera mundial más equilibrada,
Mayor acceso al capital para países en desarrollo,
Un mecanismo eficaz para la resolución de la deuda
Transformación sostenible de los minerales críticos
y estrategias decisivas para garantizar la seguridad alimentaria, incluida la creación de una reserva regional.
“El mundo exige una gobernanza más justa”, afirmó, subrayando que un crecimiento inclusivo solo será posible si nadie queda excluido de las oportunidades que generan los recursos y la economía global.
A lo largo de las dos jornadas, la cumbre puso al Sur Global en el centro del escenario, consolidando acuerdos en torno a una transición energética justa, la sostenibilidad de la deuda, la seguridad alimentaria y la importancia de los minerales estratégicos para el desarrollo africano. Los debates dejaron claro que el continente reclama más financiación climática y un papel determinante en la arquitectura de gobernanza global.
Con el cierre de la cumbre y el anuncio de que Estados Unidos asumirá la presidencia del G20 en 2026, Ramaphosa destacó el impacto histórico de esta edición celebrada en África y expresó su confianza en que el impulso logrado se mantenga en las próximas reuniones.





