Es fácil cambiar los hábitos, si sabes cómo

Todos tenemos hábitos de los que nos gustaría deshacernos, y todo el tiempo nos hacemos las mismas promesas cuando hay un poco de motivación: me levantaré al sonar la alarma, me resistiré a esa comida, después de este cigarro juro que no fumaré jamás, hoy empezaré con los ejercicios, esta vez sí voy en serio. Y luego de poco tiempo de resistencia, nos derrumbamos y sentimos derrotados porque hemos caído nuevamente en estas prácticas, hemos vuelto a fracasar y nos sentimos culpables. Así juega nuestro cerebro con nosotros, y es hora de ganarle en su propio juego y vivir una vida plena y feliz.

Cuando uno descubre que está en un hoyo lo más inteligente que puede hacer es dejar de cavar, pero, ¿por qué seguimos ayudando a nuestro cerebro a cavar nuestra propia fosa? Tal vez la ciencia nos ayude.

El neurocientífico, doctor Mario Alonso Puig, llama a este juego del cerebro «mente dualista», es decir, cuando tomas la decisión de cambiar un hábito como, por ejemplo, dejar de comer, si ves un plato de comida el cerebro hará que este plato se vea como el más sabroso del mundo; una vez que te lanzas a comer, este mismo cerebro que te impulsaba a comer será el mismo que te va a juzgar: «¿Cómo he podido volver a caer en esto? Al final, moriré gordo», es decir, la mente te lleva al futuro, a desear, y al pasado, a lamentar, ¿para qué?, pues para privarte de fuerza en el presente.

Para entender los hábitos, podemos pensar en ellos como atajos creados en nuestra mente, sin darnos cuenta nos metemos en ellos y nos es difícil salir. Pensemos en algunos malos hábitos, de los que todos tenemos, en mayor o menor medida, como pasarnos el día sentados en el sofá viendo la televisión, comer sin control, adelantar siempre la alarma. Lo más interesante es que nuestra mente sabe que deberíamos dejar estos hábitos, pero en ciertas situaciones se dispara el piloto automático y la eficiencia de ese hábito nos impide escoger una conducta diferente. En definitiva, nos esclavizan estos hábitos.

¿Cómo Podemos liberarnos de estos malos hábitos?


Para crear nuevos hábitos, debemos crear carreteras nuevas en nuestra mente. Estas carreteras de entrada serán lentas y costosas, pero, a medida que circulemos por ellas de forma constante, se convertirán en nuevas autopistas por las que ya no nos cueste circular. Entonces, la motivación no es suficiente para crear o mantener buenas conductas, porque hay días que estamos motivados y otros que no, por ese motivo los hábitos que se adquieren por la fuerza de la voluntad son los que nos obligarán a circular en estas nuevas pistas, tanto si queremos circular como si no. Y detrás de estas conductas hay secretos revelados por expertos y pocos conocidos que pueden ayudar a eliminar estos hábitos.

Haz que lo fácil, pero perjudicial, sea difícil

Con esta estrategia vencerás a tu cerebro. ¿Cómo funciona?, pues, fácil: aquellas cosas que te perjudican, haz que sean difíciles; por ejemplo, si te gusta conectar en algunas redes sociales como TikTok, Instagram o Facebook, para eliminar este hábito descarga aplicaciones que bloquean a otras aplicaciones y pon 10 contraseñas largas y difíciles de memorizar en un papel, y este papel lo puedes tirar bajo la cama, por lo que cuando quieras conectarte tendrás que buscar el papel bajo la cama, abrir 10 contraseñas y, ya que al cerebro le gusta ahorrar energía, al pensar en todo el esfuerzo que tienes que hacer para entrar en TikTok reducirá tu número de conexiones al día casi más de la mitad. El secreto está en no sacar estas contraseñas. Otro ejemplo: si te gusta comer de manera compulsiva puedes comprar 5 o más candados para la nevera o el armario y estas llaves las puedes dejar a 10 metros de tu casa, por lo que cuando quieras comer no será simplemente abrir la olla o la nevera, sino que tendrás que salir de casa, coger las llaves, regresar a casa, abrir los 5 candados y cuando el cerebro piensa en todo eso se lo pensará dos veces antes de impulsarte a comer. Ejemplos como estos hay de sobra.

Cambia el contexto.

Una forma fácil de romper el circuito de un mal hábito es evitar las señales que te detonan el hábito. Lugares, personas de tu alrededor, pueden todos ser detonantes, inconscientes, dicen los expertos. Modifica esos elementos y podrás lograr un progreso real con tus hábitos.

Ejemplo: si notas que cada vez que te sientas en tu sofá y abres tu ordenador tomas un bocadillo, prueba abrir tu computadora solo en una mesa donde estás entrenado a estar en modo trabajo y no de descanso. Si tomas tu teléfono o el mando de la televisión cada noche antes de acostarte, déjalo en otra habitación y en su lugar pon un libro en tu mesa de noche. ¿Siempre bebes de más con un amigo que le gusta beber? Cambia el lugar de encuentro con este amigo y rodéate de gente que no tengan tu mal hábito, de esta manera estarás obligado a adoptar sus conductas.

Empieza con lo fácil

Se debe iniciar un pequeño hábito para poder formar grandes y mantenerlos a largo plazo. Despertarse 15 minutos antes de lo habitual, leer unas páginas de un libro o hacer tres flexiones, es necesario empezar con hábitos accesibles y sencillos, para conseguirlo con facilidad y mantener la motivación, esto te permitirá estar orgulloso de los nuevos compromisos que has hecho contigo mismo, en la medida en que los hayas cumplido, y adoptar, en consecuencia, nuevos comportamientos cada vez más ambiciosos.

No temas fallar

«El ser humano es el que cuando cae decide si ha caído en un bache o en una tumba», decía el psicólogo William James, por lo que, si caes de nuevo en este hábito que quieres cambiar, definitivamente, no es razón para rendirte. Este es el motivo por la cual muchas personas dejan de practicar deporte, no siguen con sus dietas de la noche a la mañana o vuelven a ser fumadores empedernidos después de 10 años de abstinencia. Sí, tienes derecho a fallar en tu programa y a rendirte de vez en cuando, pero no caerte en una tumba, que es cuando no hay posibilidad de retomar el camino.

Es el momento de empezar

Como lo dice el proverbio chino, «el mejor momento para plantar un árbol fue hace 20 años, el segundo mejor momento es ahora», por lo que cuanto más rápido te pongas en acción en tus hábitos, antes verás los resultados porque, al final, si quieres conseguir un objetivo, buscarás un medio para lograrlo y si no quieres hacer nada, buscarás una excusa.

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