La G de Guinea
En una declaración reciente, el Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus, Director General de la Organización Mundial de la Salud (OMS), ha anunciado la activación del máximo nivel de alerta sanitaria a nivel internacional debido al alarmante aumento de casos de viruela del simio, especialmente la variante «clado 1b», en la República Democrática del Congo y en naciones circundantes.
«El comité de emergencia ha evaluado la situación y ha concluido que representa una emergencia de salud pública de importancia internacional», subrayó el Dr. Tedros durante una conferencia.
El clado 1b, identificado el año anterior, es motivo de preocupación por su rápida propagación, que se ha observado, en gran parte, a través de relaciones sexuales. «La detección de esta variante en países vecinos de la RDC es uno de los factores cruciales que motivaron la convocatoria de este comité de emergencia», añadió.
Este miércoles, 14 de agosto, la misma jornada en que la OMS emitió su alerta, la agencia de salud de la Unión Africana también ha declarado una «emergencia de salud pública» en respuesta al crecimiento de casos de la enfermedad en el continente, instando a una acción urgente para frenar su expansión.
Según recoge el diario Le Monde, desde enero de 2022, se han reportado 38,465 casos de viruela del simio, anteriormente conocida como mpox, en dieciséis países africanos, con un total de 1,456 muertes. Según un informe reciente de Africa CDC, se observa un preocupante incremento del 160% de casos en 2024 en comparación con el año previo.
La viruela del simio es una enfermedad viral que puede transmitirse de otros animales a humanos, así como mediante contacto físico cercano con personas infectadas. A diferencia de las cepas anteriores, que causaban erupciones y lesiones en la boca, la cara o los genitales, el clado 1b se manifiesta con lesiones en todo el cuerpo. La enfermedad fue identificada por primera vez en humanos en 1970 en la actual República Democrática del Congo, donde su difusión ha estado históricamente vinculada al contacto con animales infectados.
La situación actual exige atención y respuesta coordinada a nivel mundial para contener este virus y proteger la salud pública.
Declarar alerta máxima a nivel global puede permitir a la OMS acceder a fondos para respuestas de emergencia. Por lo demás, se mantienen las mismas prioridades de invertir en capacidad de diagnóstico, respuesta de salud pública, apoyo al tratamiento y vacunación.