La G de Guinea
La prolongación de la transición en Mali y Burkina Faso tiene su origen en los nuevos ataques del jueves, 23 de mayo, producidos por terroristas, los cuales se hicieron con un campamento militar en Níger.
Los líderes militares de los países del Sahel decidieron prolongar el tiempo de la transición y consideran presentarse a las elecciones que tendrán lugar en el futuro.
La prolongación de la “transición”, que debería haber concluido el 1 de julio de 2024, se debe en la dificultad de celebrar elecciones en un país donde amplias zonas siguen bajo el poder de grupos terroristas que aumentan sus amenazas contra las juntas que dirigen Ibrahim Traoré y Assimi Goita de Mali.
Es relevante que el anuncio en Burkina Faso tuvo lugar quince días después de que la junta militar de Mali extendiera también su período de transición, entre dos y cinco años, al mismo tiempo que anunciaban que Assimi Goita, Presidente de la transición, podría presentarse a los comicios celebrados en 2026 o 2029.
La última gran noticia, anunciada en todos los medios, es aquella que señala que el capitán Ibrahim Traoré, “Presidente de la transición” en Burkina Faso, pasó a titularse sencillamente como “Presidente” de Burkina Faso.
En el mismo comunicado, se informó de que “la duración de la transición está fijada en 60 meses, calculado en 5 años más, a partir del 2 de julio de 2024”. Además, según esta nueva Carta de Transición, Traoré podrá presentarse a las elecciones proyectadas en el futuro.
El apoyo que reciben las juntas es abrumador en las capitales (aunque menor en las zonas más afectadas por el yihadismo armado, donde manifestaciones esporádicas ponen en entredicho la popularidad de las juntas) y fuentes sobre el terreno aseguraron que una turba intentó asaltar el Parlamento de la transición en el momento en que se anunció la prórroga de la transición burkinesa, para exigir que fuera de diez años en lugar de cinco. Así lo expresó Mamadou Traoré, un joven vendedor de camisetas con residencia en Uagadugú: “solo los militares pueden hacer frente a los enemigos del Estado”.
Mientras tanto, las voces de la oposición fueron sofocadas en gran medida desde que los militares tomaron el poder en un golpe de Estado en 2020, derrocando al presidente civil, Ibrahim Boubacar Keita de Mali y Alpha Conde de Burkina Faso. Las juntas siguen mostrando su poderío y el afán de luchar para unos estados libres de violación.
