Un estudiante ecuatoguineano fallecido en Brasil en extrañas circunstancias

Crispín Edu Ndong Angue, de 26 años, era un estudiante ecuatoguineano cuyo cuerpo fue encontrado en la ciudad de Salinas, Brasil, el 1 de agosto de 2022, al borde de una carretera.

Crispín Edu Ndong Angue, de 26 años, era un estudiante ecuatoguineano cuyo cuerpo fue encontrado en la ciudad de Salinas, Brasil, el 1 de agosto de 2022, al borde de una carretera.

Crispín Edu Ndong Angue, el ecuatoguineano de 26 años que falleció en Brasil.

El joven había conseguido una beca en el año 2020, tras cursar un examen de oposición ofrecido por la embajada de Brasil acreditada en Guinea Ecuatorial. Ndong Angue pierde la beca de estudio al suspender el primer año de idioma en 2021 en Brasil, y desde entonces permaneció en ese país estudiando por cuenta propia.  

Según los amigos del finado, “antes de fallecer Crispín Ndong Angue nos envió dos audios pidiendo socorro porque le estaban siguiendo un grupo de personas que incluía a policías brasileños. Intentamos localizarle, pero no encontramos ningún rastro de él.  Avisamos a otros compañeros y a la Embajada de Guinea Ecuatorial en Brasil para que se extendiera su búsqueda. Dos días después lo encontramos sin vida al borde de la carretera de la calle B/R 251, del barrio San Francisco por Salinas. Su cuerpo estaba hinchado y fracturado por varias partes”.

El embajador brasileño en Guinea Ecuatorial, Evaldo Freire, en una rueda de prensa mantenida con medios de comunicación ecuatoguineanos, explica una versión totalmente diferente:

“Según las informaciones que me dieron las fuentes fiables que estaban en el lugar de los hechos, en Salinas, Crispín fallece por un atropello de coche y fue encontrado bajo un árbol al borde de una carretera eso fue por el impacto que tuvo por auto. Los expertos y autoridades en Brasil siguen en la investigación de este caso”. 

El 18 de agosto las cenizas del finado fueron entregadas a su familia por el segundo secretario de la Embajada ecuatoguineana en Brasil, Bienvenido Obiang Otogo, el embajador de Brasil acreditado en Guinea, Freire, y Matías Mba Medja, secretario general de Ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación; dos días después se celebró el dios a Crispín en el cementerio municipal de Ela-Nguema, Malabo, donde sus restos mortales recibieron sepultura.  

Dos meses después de los funerales y el entierro, fuentes familiares de Ndong Angue confirman que siguen sin respuestas y sin noticias sobre el curso de la investigación, a pesar de los requerimientos de las autoridades ecuatoguineanas a las brasileñas para que se esclarecieran los hechos en torno a esta muerte: “ya no hacemos seguimiento de este asunto porque es muy sensible para nosotros y parece que también para otros, que lo han convertido en una cuestión política, más que nada.  Desde que nos entregaron las cenizas de nuestro familiar no hemos vuelto a ver a nadie en nuestra puerta ni tampoco nos han enviado ninguna información” La familia asegura que no les pareció correcto que se decidiera de manera unilateral incinerar a Crispín porque esa práctica “no forma parte nuestra cultura; si no era posible traer el cuerpo a Guinea Ecuatorial, hubiéramos preferido que se le enterrara en Brasil, con la poca o mucha comunidad ecuatoguineana que se pudiera reunir en Brasil, de la manera cristiana” con los pocos guineanos que se encuentran allí. Admiten que ese constituye el primer desentendimiento que tuvieron familia y autoridades, “pero el muerto ya se fue ya no hay otra cosa más que decir, nadie más podrá resucitarle”, sentencian, a la vez que recuerdan que siguen esperando que se comparta con ellos información sobre las investigaciones en torno a la muerte de Crispín. 

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