La G de Guinea
El gobierno etíope firma un acuerdo de paz con el grupo de rebeldes de Tigray, para poner fin a las atrocidades que se dan en la ciudad, después de dos años de continua y sangrienta guerra. La guerra comenzó en el mes de noviembre de 2020, tras el ataque del ejército de Etiopía junto con el de Eritrea. Cabe resaltar que en un primer momento la propuesta de paz fue rehusada por los rebeldes y más tarde se aceptó.
Antes de la invasión rusa de Ucrania, iniciada a comienzos de febrero, la guerra más reciente en el mundo se encontraba en el continente africano, en un territorio del norte de Etiopía llamado Tigray.
Según la cadena CNN, la guerra de Tigray estalló en noviembre de 2020, cuando el gobierno de Etiopía, con el apoyo del ejército de Eritrea lanzó una operación militar contra el Frente de Liberación del Pueblo de Tigray (TPLF), tras acusar al grupo de atacar una base del ejército federal en las afueras de Mekelle. Desde ese momento la crisis no ha hecho más agravarse y decenas de miles de personas han muerto en los combates.
Además, 150.000 hombres, mujeres y niños han fallecido por desnutrición y otros 2,5 millones, de los 7 millones de habitantes que llegó a tener la zona, han sido forzados a dejar sus hogares, según informes de la BBC.
¿Qué ocurre en Tigray?
El Gobierno de Etiopía declaró un alto al fuego unilateral poco después de tomar la ciudad de Mekelle, pero el TPLF rechazó la tregua y los combates no solo continuaron, sino que se trasladaron también a las regiones vecinas de Amhara y Afar, informa la BBC.
Pero, en 2022 la situación en el conflicto parece estar mejorando.
En marzo el Gobierno de Abiy, en Etiopía, propuso un alto al fuego humanitario para permitir el envío de ayuda a la población el Tigray y el TPLF y sus aliados aceptaron la iniciativa. Camiones con ayuda alimentaria entraron en abril en Tigray, por primera vez desde mediados de diciembre, según un tuit del PMA. El convoy, con más de 500 toneladas de alimentos y suministros nutricionales fue enviado a Mekelle para las “comunidades al borde de la inanición”, decía el tuit.
El primer ministro de Etiopía, Abiy Ahmed Ali, afirma que el gobierno nacional considera que las conversaciones son una oportunidad para resolver de manera pacífica el conflicto, remite Telesur.
Por su parte, el portavoz de las fuerzas de Tigray, Kindeya Gebrehiwot, aseguró que están dispuestos a dialogar para terminar con el sangriento conflicto, con el cese al fuego como principal condición. “Cese inmediato de las hostilidades, acceso humanitario sin restricciones y retirada de las fuerzas de Eritrea, ¡no puede haber una solución militar!”, sostuvo el vocero según la publicación de la TV Sur.
Origen del conflicto
Etiopía está formado por 10 regiones —y dos ciudades— que gozan de una autonomía, incluida la capacidad de contar con policía y milicia regionales, y están divididos en gran medida por líneas étnicas arraigadas. Debido a una guerra anterior con Eritrea, también hay un gran número de tropas federales en Tigray.
Durante décadas, el TPLF gobernó Etiopía, en un marco de estabilidad y crecimiento económico a costa de los derechos civiles y políticos básicos. Hasta que, en 2018, Abiy Ahmed —premio Nobel de la paz por su papel en poner fin a la anterior guerra con Eritrea— fue nombrado por la clase dirigente para sofocar las tensiones y traer el cambio, sin poner en peligro el viejo orden político. Se convirtió en primer ministro, reorganizó la coalición gobernante bajo el nuevo Partido de la Prosperidad y condenó al ostracismo al TPLF, que se refugió en Tigray.
El gobierno de Abiy, de aspiraciones panetíopes, generó preocupación en los habitantes de las diferentes regiones, que creyeron que perderían su autonomía, y las tensiones comenzaron a crecer. Entonces, en septiembre de 2020, Tigray avanzó en sus elecciones parlamentarias regionales, a pesar de que Abiy las había pospuesto por la pandemia de Covid-19, y la escalada aumentó.
Todo estalló el 4 de noviembre de 2020, cuando Abiy lanzó una operación militar contra el TPLF, al que acusó de atacar una base del ejército federal en las afueras de Mekelle, la capital regional de Tigray, e intentar robar sus armas. Las tropas nacionales etíopes, ayudadas por soldados de Eritrea, declararon la victoria tres semanas después tras tomar Mekelle e instalar una administración interina leal al Gobierno central en Addis Abeba. Pero la violencia y los choques continuaron.