La G de Guinea
La violencia en el Líbano ha causado la muerte de 50 niños en dos días, agravando la crisis humanitaria. Miles han sido desplazados y la infraestructura está destruida. UNICEF pide una desescalada urgente y más apoyo para ayudar a los afectados.
El Líbano vive una tragedia humanitaria sin precedentes, donde los niños se han convertido en las víctimas más vulnerables de la violencia, así lo ha informado la oficina de prensa de la UNICEF en una publicación de su web. Esta semana, la cifra de niños asesinados por día ha superado dramáticamente el promedio de muertes diarias durante el devastador conflicto de 2006. En solo dos días, lunes y martes, 50 niños fueron asesinados, según informó el Ministerio de Salud Pública del Líbano.
La escalada de violencia en los últimos días ha causado muerte y heridas a miles de personas, el desplazamiento de cientos de miles y una destrucción generalizada de la infraestructura. El miedo se ha apoderado de la vida cotidiana de los libaneses, particularmente de los más jóvenes. Según EdouardBeigbeder, Representante de UNICEF en el Líbano, “los ataques están matando e hiriendo a niños a un ritmo alarmante”, eliminando cualquier sentido de seguridad para cientos de miles de menores en el país.
Según el mencionado órgano informativo institucional, esta nueva oleada de violencia se suma a la ya crítica situación que enfrentan las familias libanesas, muchas de las cuales viven en la pobreza extrema. Las múltiples crisis recientes, como la explosión del puerto de Beirut, la pandemia del COVID-19 y el colapso económico devastador, han dejado a las familias luchando por sobrevivir.
La situación psicológica de los niños es alarmante. Un estudio realizado por UNICEF en noviembre de 2023 reveló que más del 46% de los hogares en la Gobernación del Sur afirmaron que sus hijos sufrían de ansiedad, mientras que un 29% de los niños estaban deprimidos. La constante exposición a la violencia, la pérdida de seres queridos y la falta de estabilidad han creado un entorno tóxico para el desarrollo infantil.
La UNICEF afirma que, las operaciones militares en el sur del Líbano han provocado desplazamientos masivos, con cientos de miles de personas refugiándose en comunidades de acogida y más de 70.000 en refugios improvisados. Ya antes de esta escalada, más de 39.000 niños habían sido desplazados de sus hogares, un número que ahora, seguramente, ha aumentado significativamente. Además, los ataques han destruido infraestructuras críticas, como las estaciones de bombeo de agua en Bekaay el sur del país, afectando el acceso a agua potable para 30.000 personas.
A pesar de la magnitud de la crisis, UNICEF ha intensificado sus esfuerzos para proporcionar asistencia humanitaria, entregando agua potable, suministros de higiene, mantas, alimentos y suplementos nutricionales para bebés. Además, ha enviado unidades sanitarias móviles para ofrecer atención médica y ha comenzado reparaciones urgentes en instalaciones de agua y saneamiento dañadas. Sin embargo, los recursos son insuficientes. Hasta ahora, UNICEF ha recibido solo 7,6 millones de los 39 millones de dólares necesarios para su plan de respuesta al conflicto de 2024.
El representante de UNICEF en el Líbano, EdouardBeigbeder, ha lanzado un llamado desesperado a la comunidad internacional para que actúe: “El sufrimiento de los niños debe terminar. La única manera de hacerlo es mediante una desescalada inmediata”. Un conflicto de mayor escala podría tener consecuencias devastadoras para los 1,3 millones de niños que viven en el país.
Mientras la situación se agrava, las organizaciones humanitarias como UNICEF enfrentan la difícil tarea de salvar vidas en medio de un conflicto que parece no tener fin. Sin embargo, sin la ayuda y el apoyo necesario, las perspectivas para los niños en el Líbano son sombrías. El mundo debe actuar con urgencia para evitar que esta crisis se convierta en una catástrofe aún mayor.