La G de Guinea
A pesar de haber perdido las esperanzas de seguir en la competición, pasaron como mejores terceros en la fase de grupos, cambiaron al antiguo míster y se reincorporaron con unas energías que no se bajaron hasta remontar a Las Águilas de Nigeria en la final.
Los Elefantes de Costa de Marfil han conseguido hacerse con la máxima competición africana de fútbol por tercera vez. Esta vez ha sido con mucho esfuerzo tras haber perdido por cuatro goles a cero frente a Guinea Ecuatorial y haber estado con un pie fuera de la competición.
El combinado naranja se clasificó como uno de los mejores terceros de la fase de grupos, después de la pérdida ante Nigeria y la goleada ante el Nzalang Nacional decidió cambiar de entrenador, Emerse Fae tomó las riendas de la selección destituyendo así al francés Jean Louis Gasset, según se informaba en varios medios de comunicación.
Desde entonces, los chicos del entrenador de emergencia se volvieron más enérgicos. Se pudo notar el milagro cuando eliminaron al anterior vigente campeón de esta competición en los octavos de final en una tanda de tiros penales a 5-4 tras empatar a 1 durante el tiempo reglamentario, lo que les condujo a los lanzamientos de 11 metros. Fue un partido bastante igualado según las estadísticas.
Más adelante, se enfrentaron a una de las selecciones más potentes del continente, Malí, a quienes también lograron eliminar en los cuartos con un resultado de 2-1. Pese a la presión que había sobre ellos y las dos rojas que tenían, aunque las Águilas también tenían una, lograron hacerse con la victoria que les permitiría pasar a enfrentarse a uno de los equipos revelados en este año en las semifinales.
República Democrática del Congo atravesaba una situación angustiosa que podría provocar su bajo rendimiento en el terreno de juego, ya que el pueblo de la RDC se estaba desplazando a otras ciudades y países por los homicidios que se daban en su territorio.
A pesar de que el encuentro fue bastante igualado durante 65 minutos, hubo un ligero dominio, momento en el que Sébastien Haller consiguió encajar un gol en las redes del conjunto con una moral baja.
Finalmente, pasaron a la final, donde se encontraron con otro de los pesos pesados de la competición, que también era uno de los favoritos, Las super Águilas de Nigeria. A pesar de la presión que Costa de Marfil ejercía sobre el combinado verde, William Troost Ekong consiguió encajar un tanto en el minuto 38 en contra de Los Elefantes. A la sucesiva, Costa de Marfil empató el tanto en el minuto 62 para luego volver a marcar el gol de la victoria en el 81.
Y así, Costa de Marfil ganó la copa milagrosamente, gracias, en gran medida, al seleccionador emergente, Emerse Fae.
A pesar de ya no tener los ojos de los aficionados sobre ellos, lucharon y nunca perdieron las esperanzas hasta hacerse dueños de la copa.