La G de Guinea
Las explosiones ocurridas el pasado 7 de marzo de 2021 dejaron una gran destrucción a su paso, algo que provocó un gran pánico y perturbación a la población batense en particular y al pueblo de Guinea Ecuatorial en general, ya que nunca se había registrado un acontecimiento de tal magnitud en este país.
El suceso, que tuvo lugar en el cuartel militar de intervención rápida de Nkuatoma sobre las 14 horas, además de provocar una gran devastación en las infraestructuras públicas y privadas, también causó la muerte a un centenar de personas y dejando a otras gravemente heridas, de entre ellas, Estefania Eyang.
Estefania Eyang fue una de las víctimas de la catástrofe que se registró en el cuartel militar de Nkuatoma y, en el momento de las explosiones, ella se encontraba en el cuartel militar.
Pregunta. Para ti, ¿qué representa el segundo aniversario del 7M?
Respuesta. Es un día que me trae todos los recuerdos de aquel suceso, lo que viví y lo que perdí; parece increíble que ya pasaron dos años, aunque para mí es como si fuese ayer cuando ocurrió todo.
En aquel momento aún vivía en el cuartel con mis hermanitos y mi madre, ya que ella es Cabo Primero de las Fuerzas Armadas, pero con destino en intervención rápida. Era un domingo como cualquier otro, yo salía de la iglesia para la casa y una vez allí, me senté un poco para relajarme después de la caminata e intenté coger algo para comer cuando de repente sentí una sacudida del suelo, seguido de explosiones, cuando me di cuenta de lo que estaba pasando, fui directamente en busca de mis hermanos y con la casa ya desmoronándose intenté sacar a todos, pero desafortunadamente no lo logré, dado que durante la salida apresurada olvidé al recién nacido de tres meses que terminó bajo los escombros y uno de los hijos gemelos de mi madre perdió la vida durante la salida, siendo aplastado por una de las paredes de la casa. Tras nuestra salida nos llevaron directamente a los hospitales, pero de forma separada algunos fueron llevados al nuevo Inseso y otros al centro médico la Paz.
Cinco días después de lo ocurrido, fue cuando recibí una llamada de las autoridades, las cuales me informaron, que han encontrado al bebe de tres meses que por las prisas deje en casa. Ya daba por muerto al niño, pero por la gracia de Dios, le encontraron con vida. La criatura pasó cinco días bajo los escombros sin comer ni beber; cuando recibí esta noticia, mi corazón saltó de alegría en este momento y vino apaciguar mi llanto por la pérdida del que había muerto aplastado por el muro.
P. ¿Sufrieron muchos daños?
R. Recibimos más daños en lo físico que en lo psicológico, ya que a mí me hicieron una serie de operaciones en el cráneo por los golpes que recibí durante la escapada y como prueba de ello es la cicatriz que tengo en la cabeza y desde que pasó aquello llevo arrastrando algunos problemas respiratorios, también uno de mis hermanitos quien fue perforado en el pecho por una barrila, tuvo que pasar por varias intervenciones quirúrgicas para sacársela y afortunadamente salió bien la operación: en cuanto los daños psicólogos no puedo decir mucho, pero sí recibimos tratamientos terapéuticos y yo personalmente me volví sensible a los ruidos.
Estefanía Graciosa Eyang, primogénita de los cinco hijos que tenía su madre, nos relató la tragedia que vivió el 7 de marzo mediante una mini entrevista.