La G de Guinea
Se trata de la primera vacuna contra la enfermedad y Guinea Ecuatorial no formará parte de los países que la reciban, por los buenos números alcanzados en los últimos años.
Doce países africanos recibirán en los próximos dos años 18 millones de dosis de la primera vacuna contra la malaria, según informaron la Alianza Global para la Vacunación (GAVI), la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF).
Según la directora general de prestación de programas de países (GAVI), Thabani Maphosa, «esta vacuna tiene el potencial de ofrecer un gran impacto contra la malaria y cuando se implemente ampliamente, junto a otras intervenciones, puede evitar decenas de miles de futuras muertes cada año». En el mismo contexto, Maphosa volvía a matizar ciertos aspectos sobre la producción de la vacuna. «Mientras trabajamos con los fabricantes para ayudar a aumentar el suministro, debemos asegurarnos de que las dosis que tenemos se utilicen de la manera más efectiva posible».
La vacuna RTSS se empezó a utilizar con un programa piloto en 2019 en Ghana, Kenia y Malaui, donde más de 1,7 millones de niños la recibieron y, gracias a esta nueva asignación, formará parte de las campañas de vacunación rutinarias de Benin, Burkina Faso, Burundi, Camerún, República Democrática del Congo (RDC), Liberia, Níger, Sierra Leona y Uganda, entre 2023 y 2025. Las primeras dosis de las vacunas, suministradas por (GAVI) a través de UNICEF, empezarán a llegar a esos países en los últimos meses de 2023 y serán distribuidas a la población a comienzos de 2024.
A pesar de que 28 países africanos manifestaron ya su interés en adquirir parte de la vacuna, Kate O’brien, directora de Inmunización, Vacunas y Productos Biológicos de la OMS asegura que «esta primera asignación de dosis de vacunas prioriza a los niños con mayor riesgo de morir de malaria».
La malaria (paludismo) es una enfermedad causada por parásitos que se transmiten a los humanos por la picadura de mosquitos infectados del género Anopheles. Si bien es una infección prevenible y curable, puede ser mortal si los pacientes no reciben la atención médica y los medicamentos que necesitan, sobre todo en los casos de menores de cinco años, mujeres embarazas y personas con VIH o con baja inmunidad.
Más de 619.000 personas murieron por malaria solamente en 2021, sobre todo en África, continente que concentra el 96% de todas las muertes por esta enfermedad del mundo, según los datos de la OMS.
Cuatro países de África concentraron en 2020 algo más de la mitad de todas las muertes por paludismo del planeta: Nigeria (31,9 %), la República Democrática del Congo (13,2 %), Tanzania (4,1 %) y Mozambique (3,8 %). Números que no alcanzó Guinea Ecuatorial, gracias a su programa antipalúdico, logrando de esta forma disminuir el número de muertes en el país por esta enfermedad, motivo por el cual no llegó a estar incluido en la lista de países que recibirán la primera vacuna contra la malaria, ya que la prioridad está en los países con alta mortalidad por dicha enfermedad.
En 2021, la RTS,S -producida por el gigante farmacéutico británico GSK- se convirtió en la primera vacuna contra la malaria recomendada para uso generalizado por la OMS, si bien las investigaciones demostraron que su efectividad era de alrededor del 60 % y disminuía significativamente con el tiempo. Para responder a la demanda global de vacunas contra la malaria, que se estima que alcanzará entre 80 y 100 millones de dosis anuales en 2030, se espera que la R21/Matrix-M, una segunda vacuna desarrollada por la Universidad de Oxford (Reino Unido), reciba la precalificación de la OMS pronto.