No puede haber libertad de prensa si los periodistas ejercen su profesión en un entrono de temor y corrupción

Creo y doy por hecho que los seres humanos tenemos «libre albedrío». Eso significa, la facultad de tomar decisiones a nuestro parecer. Lo de las consecuencias por nuestros actos y/o pensamientos, es otra cosa al libre albedrío.

Con base a esta libertad individual, el artículo 19 de la Declaración Universidad de los Derechos Humanos de las Naciones Unidas de 1948 establece que: «todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y de expresión; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, y el de difundirlas sin limitación de fronteras por cualquier medio de expresión».
En 1993 la Asamblea General de las Naciones Unidas instauró el 3 de mayo como Día Mundial de la Libertad de Prensa, al reconocer que una prensa libre, pluralista e independiente; es un componente esencial de toda sociedad democrática y que, sin debate de ideas ni diversidad de perspectivas, la democracia es solo una sombra de sí misma.
Como periodista, es mi derecho decir lo que pienso, denunciar las injusticias y la reivindicación para un mundo cada vez más justo, libre y mejor. Es por ello que no puedo callar cuando descubro, investigo y compruebo acciones de personas en cualquier actividad pública o privada que afecten el bienestar, los derechos y la libertad de otros.
La libertad de expresión es la base de todos los derechos humanos, la raíz de la naturaleza y la madre de la verdad; prohibir la diversidad de perspectivas o de opiniones, genera un entorno «homogéneo» de información hacia la ciudadanía. «El delicado estado de la libertad de expresión y de prensa de muchos países africanos pone en tela de juicio el grado de democracia que hay en el continente». La libertad de prensa, es el derecho a decir la verdad; sin la libertad de prensa y de expresión no hay democracia, porque la democracia requiere una ciudadanía informada.
En mi reflexión como periodista sobre la libertad de prensa en los países africanos «tristemente la prensa libre sigue bajo amenaza en África, entre asesinatos, arrestos, agresiones por parte de las autoridades estatales y actores no estatales contra los periodistas. Lo que se ha experimentado en los últimos años, en lo que respecta a la libertad periodística y de los medios de comunicación, solo puede describirse como un periodo oscuro». Por eso, en opinión de Mariano Nguema Esono Medjá, miserable periodista y Diplomático en busca de la verdad, afirma sonrientemente que «No hay razón para el 3 de mayo mientras… todo sigue igual». En un Estado verdaderamente libre, el pensamiento y la palabra deben ser libres.
La libertad de prensa es la piedra angular para fortalecer la democracia y promover la pluralidad de voces. El respeto a la libertad, sin temor ni interferencias indebidas, es esencial en una sociedad abierta y justa, en la que se puede acceder a la justicia y disfrutar de los derechos humanos.
Sin un debate de ideas, sin hechos comprobados y sin diversidad de perspectivas, la democracia es solo una sombra de sí misma.

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