A la búsqueda del liquido elemento

la situación se agrava en los meses sin lluvia

Algunos barrios de la capital, con problemas de agua potable y canalizada. La situación se hace cada vez más difícil para algunas familias, que tienen que recorrer largas distancias para encontrar este líquido vital.

El panorama de algunos barrios como Santa María, Pérez, Acrópolis, Semu, entre otros, es el de ciudadanos con cubos u otros recipientes buscando donde poder encontrar agua. En demasiadas ocasiones son los menores los que se encargan de buscar el agua, mientras sus padres se ocupan de otras tareas destinadas a traer el pan a casa. Un padre de familia confirma: “yo debo ir a trabajar para traer el sustento a casa, no tengo suficiente tiempo para ir a buscar el agua, por lo que son mis hijos los que se encargan de dicha actividad tan difícil; les despierto de madrugada para que vayan al lugar de recogida a hacer cola, mientras esperan su turno”.

Y, aunque Obras Públicas, Ayuntamiento central, Ge-Proyectos y la empresa Arab Contractors, lanzan un mensaje de tranquilidad a la población residente en los barrios afectados porque, aseguran, el problema del agua tendrá solución pronto, la realidad actual es que los usuarios, tristemente, tienen que recurrir a métodos diversos para tener agua en casa.

Algunos ciudadanos que disponen de vehículos recorren largas distancia desde sus residencias hasta los manantiales para poder llenar sus recipientes.

Otros, que disponen de un grifo particular dentro de su solar, optan por tirar una goma al exterior de su muralla para que los residentes de su contorno puedan llevar a sus hogares el líquido elemento. Como cuenta una vecina del barrio Pérez: “vivo en un barrio donde es muy difícil conseguir el agua por falta de urbanización (es un barrio nuevo), pero la gente que tiene grifos particulares nos está ayudando, ofreciéndonos una manguera para poder coger el agua”.

Los que pueden contratan por teléfono los servicios de camiones cisterna para poder comprar el agua necesaria para sus hogares. “Estoy obligada a sacar un tanto por ciento de mi salario para poder cubrir esta necesidad primaria, llamando a los camiones cisternas”, apunta una vecina del barrio Santa María.

 “En muchas ocasiones he tenido que faltar o llegar tarde a clase, por pasar mucho tiempo en el grifo esperando a que llegue mi turno”, se lamenta un joven estudiante.

Según una madre de familia, “la escasez de agua me afecta de una forma dolorosa; los residentes de esta comunidad lo pasamos mal cuando llega esta época”. “Estoy teniendo dificultades para hacer en casa algunas cosas tan normales, como lavar la ropa de los niños, bañarles, cocinar y beber”, concluye.

“Este problema de escasez de agua surge a raíz de la falta de stock en los reactivos que se utilizan en la planta potabilizadora de agua. Otra causa es la época sequía anual, que vacía los depósitos, por eso a algunos barrios no les llega el agua y, a otros, les imponemos restricciones horarias, acceso al agua solo durante unas pocas horas al día”, reconoce un funcionario del Ministerio de Obras Públicas e Infraestructuras.

La disponibilidad de agua en Malabo se ha convertido ya en causa habitual de mudanza inquilinos de algunas viviendas, que abandonan barrios sin agua y se mudan a otros, persiguiendo este líquido vital. Los que no viven en alquiler, sino en casas de su propiedad, hacen aportan cuotas para cavar pozos comunitarios en el vecindario., según atestigua el presidente de la comunidad de vecinos de la zona A Santa María, 2, que asegura que así no les falta agua, “a pesar de que por aquí no tenemos agua potable ni canalizada.

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